Molinero es mi amante,
tiene un molino
bajo los pinos verdes
, cerca del río.
Niñas, cantad:
"Por las tierras de Soria
yo quisiera pasar."
Antonio Machado
21 de Julio 2013. XVII Marcha de Las Lagunas de Neila (Quintanar de la Sierra). Comarca de Pinares. Burgos-Soria.
El agua está tranquila. Quieta. Nada ocurre. Sólo una leve caricia del viento hace que la piel de la laguna se erize. La excitación dura unos segundos y, como si nada hubiera pasado, pronto todo vuelve a la calma. Unas inoportunas gotas impactan en el azul cristalino. Todo es verde a su alrededor. Las rocas, como murallas, protegen el agua de la nada. Aquí no hay peligros. Y en el horizonte, como flechas apuntando al cielo, los verticales pinos inundando de verdor el horizonte. Todo es silencio. Todo es calma. Respirar. Sentir el aroma del entorno. Mañana los sentimientos serán otros. La pausa se tornará esfuerzo. No estaré sentado sobre una roca observando, con el réloj parado, el agua. Mañana las escarpadas rampas que conducen a las Lagunas Altas de Neila pondrán a prueba mi cuerpo, mis piernas. Mañana, miraré con otros ojos a la traicionera naturaleza.
El agua está tranquila. Quieta. Nada ocurre. Sólo una leve caricia del viento hace que la piel de la laguna se erize. La excitación dura unos segundos y, como si nada hubiera pasado, pronto todo vuelve a la calma. Unas inoportunas gotas impactan en el azul cristalino. Todo es verde a su alrededor. Las rocas, como murallas, protegen el agua de la nada. Aquí no hay peligros. Y en el horizonte, como flechas apuntando al cielo, los verticales pinos inundando de verdor el horizonte. Todo es silencio. Todo es calma. Respirar. Sentir el aroma del entorno. Mañana los sentimientos serán otros. La pausa se tornará esfuerzo. No estaré sentado sobre una roca observando, con el réloj parado, el agua. Mañana las escarpadas rampas que conducen a las Lagunas Altas de Neila pondrán a prueba mi cuerpo, mis piernas. Mañana, miraré con otros ojos a la traicionera naturaleza.
Aspiro hondo. Varias veces. Sé que mi respiración entrecortada al pedalear no me va a permitir hacerlo. Recorro a pie los senderos que llevan a las lagunas. No hay apenas gente y la soledad se desparrama por estos bosques infinitos. La vista se pierde en el horizonte. Es hora de relajarse, de apreciar el paisaje. De mirar. Sé que el domingo, si logro conquistar su escarpado asfalto, mis ojos estarán nublados por el sudor. No veré más allá de mi rueda delantera. Los colores de la naturaleza, hoy nítidos, se perderán en un borrón difuso.
9:00 p.m. Aquí estoy, al atardecer, sentado en una piedra observando la Laguna Larga. 20 de Julio del 2013. Mis ojos buscan el cielo para descubrir, entre las nubes, la luna que empezaba a asomarse tímidamente. Tal día como hoy, pero de 1969, 600 millones de personas estaban haciendo lo mismo que yo: mirar al cielo.
El Apolo 11 acababa de alunizar y un ser vestido con escafandra se preparaba para dar ¨un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad¨. Qué frase. Los pelánganos como escalopendras. 400.000 kilómetros de viaje, sentado, sin dar ni un sólo pedal. Neil Amstrong da un saltito y pisa por vez primera la luna. Ahí es nada..... Y yo allí, en Quintanar de la Sierra, a 1.862 metros de altitud, muy cerca de la luna, casi tocándola con los dedos. Y ahora viene la tontuna. Agarraros que no tiene desperdicio: Neil se merece un homenaje. ¿ Cómo?, pues como siempre: pedaleando. Subiendo a sus lagunas. A las LAGUNAS DE NEIL A MSTRONG en bicicleta. Ahí queda eso....Sí, podeís llamarme gilipollas, pero lo tenía que escribir. Ya lo dijo Kennedy, lo hacemos ¨no porque es fácil, sino porque es díficil¨.
Aqui tenéis el pérfil de la XVII subida a Las Lagunas de Neil Amstrong. Me rio yo de subir a la luna autopropulsado por un cohete. Eso lo hace cualquiera.
El Apolo 11 acababa de alunizar y un ser vestido con escafandra se preparaba para dar ¨un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad¨. Qué frase. Los pelánganos como escalopendras. 400.000 kilómetros de viaje, sentado, sin dar ni un sólo pedal. Neil Amstrong da un saltito y pisa por vez primera la luna. Ahí es nada..... Y yo allí, en Quintanar de la Sierra, a 1.862 metros de altitud, muy cerca de la luna, casi tocándola con los dedos. Y ahora viene la tontuna. Agarraros que no tiene desperdicio: Neil se merece un homenaje. ¿ Cómo?, pues como siempre: pedaleando. Subiendo a sus lagunas. A las LAGUNAS DE NEIL A MSTRONG en bicicleta. Ahí queda eso....Sí, podeís llamarme gilipollas, pero lo tenía que escribir. Ya lo dijo Kennedy, lo hacemos ¨no porque es fácil, sino porque es díficil¨.
Aqui tenéis el pérfil de la XVII subida a Las Lagunas de Neil Amstrong. Me rio yo de subir a la luna autopropulsado por un cohete. Eso lo hace cualquiera.
Quintanar de la Sierra. 8:30 de la mañana. Temperatura agradable. 350 ciclistas de todo tipo y condición. Diez minutos antes de comenzar a pedalear comienzan a caer capuchinos de punta. No me lo creo: está lloviendo. Bien empezamos. Toca resguardarse bajo las cornisas, bajo los toldos. Pero si es Julio.... pero sí en verano sólo caen las tormentas por la tarde....pero si todavían nos quedan 156 kilómetros. Otra cita con la épica.
La estrategia sobre el papel estaba clara: dosificar para atacar los rampones de Neila lo más entero posible. Salir al trantrán, tranquilo, sin cometer excesos innecesarios. Salida. Un par de kilómetros de tanteo del pelotón y zassssss.................primera dificultad montañosa: la Peña de las Ardillas (animal peludo que suele vivir en estos frondosos pinares). Se sube ágil. Tenemos fuerzas y estamos empezando. Apenas llevamos tres kilómetros. Trepamos bien por el asfalto. Descenso y todos los planes que el Servicio Táctico del Pillu Machine Team habían previsto sobre el papel, se van al garete. Se me rompe el pinganillo y no me llegan órdenes del coche de equipo. A lo loco. A correr.
Va por tí...Neil.. La estrategia sobre el papel estaba clara: dosificar para atacar los rampones de Neila lo más entero posible. Salir al trantrán, tranquilo, sin cometer excesos innecesarios. Salida. Un par de kilómetros de tanteo del pelotón y zassssss.................primera dificultad montañosa: la Peña de las Ardillas (animal peludo que suele vivir en estos frondosos pinares). Se sube ágil. Tenemos fuerzas y estamos empezando. Apenas llevamos tres kilómetros. Trepamos bien por el asfalto. Descenso y todos los planes que el Servicio Táctico del Pillu Machine Team habían previsto sobre el papel, se van al garete. Se me rompe el pinganillo y no me llegan órdenes del coche de equipo. A lo loco. A correr.
Busco un grupeto de unos cincuenta corredores para afrontar los kilómetros que nos separan de Salas de los Infantes. Se acabó la tranquilidad. Hay que aguantar el ritmo para no quedarse sólo por estas carreteras. Y se vuela..........Lo bueno es que ha dejado de llover. El grupeto me lleva un punto por encima de mis posibilidades, pero hay que aguantar. Entro a los relevos......cortos...mis patas no dan más de sí. 37 km/h, 35 km/h, 38 km/h. Repechos. llaneo, bajadas. Vamos a todo trapo. La peña no entra a los relevos. Cagüensos.......Hay que aguantar hasta el avituallamiento y luego ya veremos. Llegada a Salas de los Infantes a una velocidad media de 35,5 km/h (con puertecillo incluido). Paro en el avituallamiento y SORPRESA...........del grupo en el que vamos solo paran otros dos corredores. Me quedo con cara de tonto y como dicen por aquí: ¨´mirando neto el horizonte¨ aprecio como, inexorablemente, poco a poco sus siluetas de colores se alejan por la carretera.
Una cosa me queda clara: aquí la gente no viene de paseo. Platano, coca-cola y foto con la chavala del avituallamiento......
Una cosa me queda clara: aquí la gente no viene de paseo. Platano, coca-cola y foto con la chavala del avituallamiento......
Ya lo dice el refrán: ¨para que unos vayan delante, otros deben ir detrás¨. Es lo que hay.
No me aventuro sólo al despiadado asfalto y espero unos minutos a que venga otro grupeto. Ahí vienen.... al lio. Vuelta a los pedales. Unos 50 o 60 ciclistas capitaneados por Sergio Palomar, responsable de pruebas de Ciclismo a Fondo y director de Bicisport. Me uno a ellos. Voy bien de fuerzas. Así que a marcar el ritmo y a entrar generoso a los relevos. La velocidad se mantiene ágil pero un poco más benévola que en los primeros kilómetros. Eso me permite ir cómodo y mantenerme delante. Me lo estoy pasando bien. Disfutando. Aunque no hay que vender la piel de la ardilla antes de cazarla. Aún queda lo peor.....
No me aventuro sólo al despiadado asfalto y espero unos minutos a que venga otro grupeto. Ahí vienen.... al lio. Vuelta a los pedales. Unos 50 o 60 ciclistas capitaneados por Sergio Palomar, responsable de pruebas de Ciclismo a Fondo y director de Bicisport. Me uno a ellos. Voy bien de fuerzas. Así que a marcar el ritmo y a entrar generoso a los relevos. La velocidad se mantiene ágil pero un poco más benévola que en los primeros kilómetros. Eso me permite ir cómodo y mantenerme delante. Me lo estoy pasando bien. Disfutando. Aunque no hay que vender la piel de la ardilla antes de cazarla. Aún queda lo peor.....
Castrillo de La Reina. Palacios. Regumiel. Volvemos a pasar por Quintanar de la Sierra dirección a Canicosa y avituallamiento. Km 86. Ahora sí que sí. Empieza la verbena. Casi todo el desnivel acumulado de la marcha se concentra a partir de aquí. Empiezan los puertos. Estoy confiado de mis fuerzas. La hidratación y el menú previo a la marcha han sido los correctos. De manual.
Flashback. El viernes por la noche, en Madrid, ingerí al menos diez tercios de Mahou con lo cual la hidratación estaba resuelta. De sed no perecía. El sábado, al venir, parada en Navaleno. En el Restaurante ¨El Maño¨:
- ´´Una botellita de vino, por favor. Y para comer, un revuelto de Amanitas Cesareas y un chuletón en su punto. Ya el postre lo pido luego, si eso¨
Así, con esta dieta no me puede dar la pájara. El Tio del Mazo no me pilla hoy por estas carreteras. Café, chupito de Ruavieja, siesta en el mazda y carretera y manta.
Fin del Flashback. Venga, vamos a por él: el Puerto del Resomo. Sólo sé una cosa y cada vez que subo un puerto me cerciono más de esta verdad: ¨va más sano quien anda por el llano¨. Pero ahora toca subir. Comienza a llover de nuevo. La carretera antes ancha y bien asfaltada cambia de textura. Nos adentramos en un asfalto estrecho más rugoso. En una vía típica de montaña que serpentea alcanzando poco a poco altura. Pinos, pinos y más pinos. Altos, esbeltos, verticales. Todo es verde. Y olor, pues a pino. Ambientador.Frescor en estos bosques. El pedalear no puede ser más agradable.
Flashback. El viernes por la noche, en Madrid, ingerí al menos diez tercios de Mahou con lo cual la hidratación estaba resuelta. De sed no perecía. El sábado, al venir, parada en Navaleno. En el Restaurante ¨El Maño¨:
- ´´Una botellita de vino, por favor. Y para comer, un revuelto de Amanitas Cesareas y un chuletón en su punto. Ya el postre lo pido luego, si eso¨
Así, con esta dieta no me puede dar la pájara. El Tio del Mazo no me pilla hoy por estas carreteras. Café, chupito de Ruavieja, siesta en el mazda y carretera y manta.
Fin del Flashback. Venga, vamos a por él: el Puerto del Resomo. Sólo sé una cosa y cada vez que subo un puerto me cerciono más de esta verdad: ¨va más sano quien anda por el llano¨. Pero ahora toca subir. Comienza a llover de nuevo. La carretera antes ancha y bien asfaltada cambia de textura. Nos adentramos en un asfalto estrecho más rugoso. En una vía típica de montaña que serpentea alcanzando poco a poco altura. Pinos, pinos y más pinos. Altos, esbeltos, verticales. Todo es verde. Y olor, pues a pino. Ambientador.Frescor en estos bosques. El pedalear no puede ser más agradable.
1401 metros de altitud. Puerto del Resomo a la saca. Toca realizar un descenso muy rápido y sinuoso. Sooooooo......Machine¡¡¡¡ Echa el freno que acabas estampado cuál ardilla en un pino. El suelo está mojado y el descender se hace peligroso. Así que ¨paciencia hermanos, y moriremos ancianos¨. Llegada a Navaleno y sin tiempo para respirar, otra vez para arriba. Alto del Serradero. Se hace largo. Sus pendientes constantes guardan alguna rampa de las de apretar posaderas. Coronamos. Bajamos ná y menos, y otra vez para arriba. Puerto del Cargadero. Últimos metros al 12%. Altitud 1344 metros. Ya estamos arriba. Avituallamiento. Llueve. Las piernas a estas alturas, calentitas.
Ahora sí que viene lo bueno. Descender rápido a Canicosa de la Sierra. Luego a Quintanar de la Sierra. Y, por fín, a lo que habíamos venido: a por Las Lagunas de Neil Amstrong. Comienza la épica. Aquí la organización dá a los ciclistas la posiblidad de atrochar el recorrido. O lo que es lo mismo, irse a la ducha y ahorrarse los 14 kilómetros de subida. Si vas justo de fuerzas es lo más sensato que puedes hacer......
Comienza el Puerto del Collado Ahora sí que viene lo bueno. Descender rápido a Canicosa de la Sierra. Luego a Quintanar de la Sierra. Y, por fín, a lo que habíamos venido: a por Las Lagunas de Neil Amstrong. Comienza la épica. Aquí la organización dá a los ciclistas la posiblidad de atrochar el recorrido. O lo que es lo mismo, irse a la ducha y ahorrarse los 14 kilómetros de subida. Si vas justo de fuerzas es lo más sensato que puedes hacer......
A partir de aquí, decido realizar lo que queda de marcha sólo. Pillumachine vs la montaña. Creo que en estas situaciones cada uno debe aguantar su vela y disfrutar de su propia penitencia. Vamos allá. A purgar mis pecados.
Las Lagunas de Neila se pueden atacar por tres vertientes diferentes, aunque todas ellas comparten sus últimos 1700 metros terroríficos. La subida a la que nos enfrentamos hoy tenía de aperitivo el ascenso al Puerto del Collado. Alcanzar los 1398 metros de este puerto suponen seís kilómetros de llevadera ascensión con algunos porcentajes, en los últimos kilómetros, del 5% y el 6%. Una vez arriba se presentan dos opciones. La primera ascender, sin descanso ninguno, directo a la lagunas por pendientes de infarto de asfalto cuarteado. Y la segunda, tomar el camino a Neila, con un pequeño descenso, y rápidamente girar a la izquierda para subir por una pista forestal. Hacemos la segunda opción.
Comienzo de lo duro Las Lagunas de Neila se pueden atacar por tres vertientes diferentes, aunque todas ellas comparten sus últimos 1700 metros terroríficos. La subida a la que nos enfrentamos hoy tenía de aperitivo el ascenso al Puerto del Collado. Alcanzar los 1398 metros de este puerto suponen seís kilómetros de llevadera ascensión con algunos porcentajes, en los últimos kilómetros, del 5% y el 6%. Una vez arriba se presentan dos opciones. La primera ascender, sin descanso ninguno, directo a la lagunas por pendientes de infarto de asfalto cuarteado. Y la segunda, tomar el camino a Neila, con un pequeño descenso, y rápidamente girar a la izquierda para subir por una pista forestal. Hacemos la segunda opción.
He subido el Puerto del Collado bien con mucha cadencia para intentar paliar los esfuerzos musculares y dar esquinazo al Tio Calambres que me espera agazapado entre los pinos unos kilómetros más arriba. Giramos hacia la izquierda y cogemos la pista forestal de Corral de Perros. Siete kilómetros nos separan de las Lagunas. Siete kilómetros de los de pa rato hay caldo. Toca sufrir.
Me enfrento al Corral de Perros con el pedigrí por los suelos. Ya no soy un Afgano de cabellos sedosos y suaves, soy un chucho barriobajero. Me tomo un gel de Purina Dog Chow y sin más dilación para arriba. Endioslebaco!! qué rampones. Kilómetros con un porcentaje medio del 9,5% en donde las cubiertas se agarran al suelo con loctite. De los matorrales del espeso bosque siento como unas raíces invisibles se adhieren a las ruedas evitando que estan giren con soltura. Aquí todo es mágico. Hay que tirar de cabeza, de fuerza. Me enfrento a los rampones con el 34x 26 dejando un piñon en la recámara para el terrible final del puerto. Me acuerdo del Chava Jiménez en 1998 subiendo como sólo él subía.
Unas imágenes relizadas el día de antes (si saco la cámara ahora subiendo el galletón está asegurado y no me monto en la bici otra vez ni harto sopas):
Me enfrento al Corral de Perros con el pedigrí por los suelos. Ya no soy un Afgano de cabellos sedosos y suaves, soy un chucho barriobajero. Me tomo un gel de Purina Dog Chow y sin más dilación para arriba. Endioslebaco!! qué rampones. Kilómetros con un porcentaje medio del 9,5% en donde las cubiertas se agarran al suelo con loctite. De los matorrales del espeso bosque siento como unas raíces invisibles se adhieren a las ruedas evitando que estan giren con soltura. Aquí todo es mágico. Hay que tirar de cabeza, de fuerza. Me enfrento a los rampones con el 34x 26 dejando un piñon en la recámara para el terrible final del puerto. Me acuerdo del Chava Jiménez en 1998 subiendo como sólo él subía.
Unas imágenes relizadas el día de antes (si saco la cámara ahora subiendo el galletón está asegurado y no me monto en la bici otra vez ni harto sopas):
Vamos escalando penosamente pero mejor de lo que me esperaba. Pasó a algunas ánimas en pena que suben muy tocados. Me pasa un ciclista que va como va pero no como debe. Al rato veo como, de los matojos, el Tio calámbres sale con una batería Tudor en las manos y le engancha las pinzas a los muslos. Le deja KO. El alquitrán culebrea por la ladera. Sigo a lo mio. Concentrado en que esto no es lo duro que lo malo viene después de cruzar la barrera. La pendiente baja al 7,5 % y es todo un descanso. Llegada al parking. Cruze de la barrera y los últimos 1700 metros.
Engrano el 28 y apreto los dientes. Rampas del 12 % del 13 % del 17 % nos esperan con unas piernas que a estas alturas están pidiendo clemencia. El asfalto se encrespa como las olas en Tarifa. Los ciclistas pedalean quietos, como estatuas. Vamos Machine ¡¡¡¡¡ que ya estás arriba. Pedalear por aquí es como hacerlo por arenas movedizas. Me acuerdo de la canción que canta mi hijo Rodrigo. Ahí vá: ¨Tengo un burrito, que se llama Pichirilo, pichirilo...pichirilo ilo ilo aaaaa. En las subidas Pichirilo se fatiga, se fatiga, se fatiga y no puede caminar........ Curva a derechas. Argggggggg¡¡¡¡¡¡. El paisaje húmedo, antes nítido, se distorsiona a cada pedalada como una mancha verde de aceite. Cóktel: sudor y agua. Equilibrios. Llegada al mirador. Endioslebaco!!!!. Uffffffffffffff¡¡¡¡¡¡ Curva a izquierda. Una pedalada más. La última....Cumbre.
- "El dorsal 144, apunta, por favor, que quede constancia que he llegado........."
Me golpeo el pecho. Fuerte, en el corazón. Alzo los dedos índices hacia el cielo. La mirada se pierde. Busco la luna. No está. Son las 2 y media de la tarde y esta nublado.
- Neil, Neil...., va por tí, grito. Tu fuiste sentado, cabrón...........Va por tí.
Abrazos cientos a todos,
Agradecimientos: A el Hostal Domingo en Quintanar de la Sierra por su trato. A la UC Burgalesa por la organización de 10 de la Marcha. A todos los voluntarios. A Alberto Gutierrez Maeso por explicarme los palabros del lenguaje de la zona que ilustrán el relato. Y a todo áquel que haya llegado hasta aquí leyendo...........Volveremos a Las Lagunas de Neil Amstrong, seguro.
Engrano el 28 y apreto los dientes. Rampas del 12 % del 13 % del 17 % nos esperan con unas piernas que a estas alturas están pidiendo clemencia. El asfalto se encrespa como las olas en Tarifa. Los ciclistas pedalean quietos, como estatuas. Vamos Machine ¡¡¡¡¡ que ya estás arriba. Pedalear por aquí es como hacerlo por arenas movedizas. Me acuerdo de la canción que canta mi hijo Rodrigo. Ahí vá: ¨Tengo un burrito, que se llama Pichirilo, pichirilo...pichirilo ilo ilo aaaaa. En las subidas Pichirilo se fatiga, se fatiga, se fatiga y no puede caminar........ Curva a derechas. Argggggggg¡¡¡¡¡¡. El paisaje húmedo, antes nítido, se distorsiona a cada pedalada como una mancha verde de aceite. Cóktel: sudor y agua. Equilibrios. Llegada al mirador. Endioslebaco!!!!. Uffffffffffffff¡¡¡¡¡¡ Curva a izquierda. Una pedalada más. La última....Cumbre.
- "El dorsal 144, apunta, por favor, que quede constancia que he llegado........."
Me golpeo el pecho. Fuerte, en el corazón. Alzo los dedos índices hacia el cielo. La mirada se pierde. Busco la luna. No está. Son las 2 y media de la tarde y esta nublado.
- Neil, Neil...., va por tí, grito. Tu fuiste sentado, cabrón...........Va por tí.
Abrazos cientos a todos,
Agradecimientos: A el Hostal Domingo en Quintanar de la Sierra por su trato. A la UC Burgalesa por la organización de 10 de la Marcha. A todos los voluntarios. A Alberto Gutierrez Maeso por explicarme los palabros del lenguaje de la zona que ilustrán el relato. Y a todo áquel que haya llegado hasta aquí leyendo...........Volveremos a Las Lagunas de Neil Amstrong, seguro.