Lo intentaré, pero creo que no voy a ser capaz de trasmitíroslo. No se puede compartir el esfuerzo. Igual que no se puede compartir el silencio. Ambos flotan en el aire, allí, en L´Angliru. He subido algunos puertos, pero sólo en éste he sentido la sensación de estar al límite de mis fuerzas. El placer de coronarlo, sin poner pie a tierra, es único. Indescriptible. Y, creédme, no es tarea fácil.
Existen muchas címas que subir pero ésta El Olimpo del ciclismo, así la denominan, tiene un misticísmo especial. Un peculiar halo cubre sus escarpadas rampas de asfalto. Allí moran la niebla, los antiguos dioses, entre su firme, que serpentea en pendientes inverosímiles en busca del alto cielo. El retarle es una tremenda osadía. El resultado una incertidumbre. Vamos allá.
8:00 AM. Buiza (León). Las legañas y la caraja propia del madrugón se han quedado en una gasolinera del camino. Café en casa de Ferdinan, mudanza de enseres a su carromato y sin más dilación, a por él.
Hace tiempo que ha amanecido y el día en la vertiente leonesa se presenta espléndido. Esto pinta bien. España, país de contrastes. Puerto de Pajares, vertiente asturiana. Todo es gris, la niebla lo cubre todo. Esto no pinta bien. El verde de los campos se esconde bajo un manto de color ceniza. Pola de Lena, comienzo de la ruta. Llueve. Chirimiri, calabobos, y a eso no me gana nadie. Hoy nos mojamos. El paisaje nos lo tendremos que imaginar. Asturias en estado puro. Por delante El Cordal, El Angliru, otra cita con la épica.
Hay que tener valor y coraje para, en poco más de una semana, subir dos veces L´Angliru y su lugarteniente El Cordal. Ferdinan lo tiene. Posee esa inconsciencia del que ama este deporte. Ese virus que aletarga a la razón y deja vía libre a la temeridad. Siempre hacia delante, Machine, siempre hacia delante..... Hace apenas unos días se enfrentó en soledad a estas carreteras. L´Angliru no es un anfitrión hospitalario vayas sólo o en pareja.
5 kilómetros de ascensión y cumbre. Foto. Zampa y a descender con muchísima prudencia. No se ve más allá de tres metros y las curvas se aparecen como fantasmas en la noche. El suelo: una pista de patinaje. Me acuerdo de David Millar cuando al terminar la etapa de L´Angliru se quitó el dorsal y lo tiró al suelo después de caer varias veces en este asfalto mojado antes de ascender al coloso. De él diría: ¨tenía fama de ser quizá la subida más dura de la historia del ciclismo, una carretera tan empinada que hasta los coches les costaba llegar arriba. En unas temporadas se había convertido en el final en alto más temido del ciclismo¨ (David Millar, Pedaleando en la Oscuridad, Contra, 2012). Hay que gastar cuidado en este descenso tal y como esta hoy el piso. El agua, las hojas y los ñordos de vaca que descansan en el suelo son enemigos a los que respetar.
Llegada a Riosa, cuna del mito, de la Leyenda. Un cartél muestra el camino a seguir. No obstante veo a Ferdinan en otra carretera, en una curva a izquierdas. Dudo un poco, pero tengo fé en él. Mal hecho. Hace unos días ha realizado la misma ruta y debe de tener el camino claro. Le sigo sin preguntar. Muy mal hecho. Un apunte biográfico: Ferdinan hace cinco meses ha sido padre de una preciosa criatura llamada Vega. Todavía es pronto para que la niña le pida ver los dibujos de Dora La Exploradora. Ya sabéis eso de que ´´si a un lugar tienes que ir llama al mapa al mapaa al mapaaaaa¨. Nos perdemos. Coño¡¡¡ Fer que hace siete días que has hecho la misma ruta. Vaya tela.
- Machine, para mí que esta no es la carretera de L´Angliru.
- Estas seguro Fer. Nos hemos chupao ocho kilómetros de subida y hace pocos días que has rodado por aquí...ayayaayyyyy.
- No me sonaba mucho el camino pero, Machine, siempre para adelante nunca para atrás.
La madre que le apá gusarapa. Ferdinan la Dora Exploradora de las dos ruedas. Qué crack. Para atrás, otra vez hacia Riosa. Ahora sí que sí....esta es la carretera. Puedo oler la ambrosía de los dioses. Tengo, como dice mi hijo, susto......
Alto del Angliru. Altitud 1.573 metros. Desnivel positivo: 1.266 metros. Longitud: 12,5km. Pendiente Media: 10,13%. Pendiente Máxima: 23,5% (en la Cueña de las Cabres, km 11). 12 duros kilómetros para alcanzar el Olimpo. 12 dioses habitan en él. Zeus, Hera, Artemisa, Ares, Hefesto, Apolo, Atenea, Hermes, Afrodita, Demeter, Hestia y Poseidon. Un dios para cada kilómetro. Vayamos a conocerlos. Siempre he querido charlar con Zeus.
Kilómetro 6. 13,7 % de media, engrano ya el 28, no hay más hierros en la recamara. Alea iacta est. Comienza la bruma. El paisaje es un borrón. La mirada se centra en el girar monótono de la rueda delantera. No hay nada más. Alrededor la espesa niebla. Piano, piano......
Kilómetro 7. 11,9% de media. Vamos juntos. Todavía podemos hablar. Sólo hay asfalto y pendientes inverosímiles. Los carteles, en el arcén de la cuneta, nos describen la agonía. Longitud, pendiente media y pendiente máxima de cada kilómetro. Muros. No hay tregua a partir de aquí. El Olimpo no se gana sin sacrificio.
Km8. 12,1% de media. Las fuerzas empiezan a flaquear. No sé si estoy soñando pero de la espesa niebla veo como una blanca mano me tiende una barrita energética de cereales. Es Demeter la diosa de la tierra nutridora, de la tierra como base de alimentos y de vida. La alcanzo y me la como. Fernando permanece ajeno a la escena. No la ha visto. Yo creo que vá más caraja que yo.
Km 9. 14% de media. Todo sigue siendo gris a nuestro lado. Los jadeos de nuestra respiración se confunden con el ruido de los cencerros del ganado en la penosa melodía del Angliru. Los dioses nos observan desde arriba, jocosos, espectadores de nuestro pedaleo de película a cámara lenta. Espejismos. De un verde prado sale una bella joven con el cuerpo desnudo. Me susurra al oido su nombre: Afrodita. Diosa del amor, la lujuria, la sexualidad y la reproducción. Creo que el Angliru me ha vencido. Voy a echar pie a tierra para irme con ella. Machine¡¡¡ que no estás tú para fiestas anda tira...Sigo pedaleando. No puedo quitarme su imagen de la cabeza. Fer, a lo suyo. No se ha enterado de nada.
Me quedo sólo y ,aterrorizado, veo como un ser de mirada diabólica salta sobre mí con un hierro incandescente que coloca sobre mis piernas. El dolor es indescriptible. Es Hefesto, dios del fuego, de los metales. Estoy en la Cueña de les Cabres. Me acuerdo de la famosa canción: ¨Las cabres..las cabresss las putes de las cabreees la madre que la pariiiooooooo.......yo teniaaa una cabre y la muy puta se muriooooo ¨.
450 metros. 23,5 %. La cueña de las cabres es como la rampa de un garaje infinita. Una escalera de Jacob hacia el cielo. No hay peldaños. El juicio final del cicloturista. La linea divisoria entre la gloria personal o el fracaso es aquí muy fina. Bastaría un simple soplido para tirarme de la bici. Eses...eses..eses. Nuestros pies no pueden tocar el suelo. 34x28. No puedo moverlo. 4 km/h. Equilibrio sobre las dos ruedas. Pedaleo en una bici estática. Fuerza mentál. Orgullo. Los metros pasan descaradamente lentos como las agujas de un réloj parado. Vamos Machine¡¡¡. Hermes, mensajero de los dioses, dejamé tus alas por humanidad¡¡¡¡¡¡¡. Un poco más...un poco más.......
KM 11. 13,6% de media. He ordeñado a la cabra. Sigo camino. El 23,5% deja paso a un 20% y el cuerpo y la mente descansan. Estoy a por uvas. Al límite. La escalera hacia el cielo continua. Otro rampón. Estoy exhausto, vacio, sin fuerzas. Veo 15 M pintado en el suelo. Bien, quince metros para la cima. Saco fuerzas de las partes nobles y esprinto. Vuelvo a ver otro 15M y otro y otro. Igual va a ser esto la pintada de un indignao....endioslebaco. No se puede estar más tonto.Todavía me queda más de un kilómetro.....La empanada que llevo la querrían hasta los gallegos. El cielo esta cerca. El Olimpo. Por fín voy a conocer a Zeus, el dios de dioses. La marca de mi primera bicicleta de carreras. Ferdinand ya estará jarto de ambrosía.
KM 12. La pendiente baja al 5,8% y ahora sí que parece cuesta abajo. Sale el sol. Las nubes están por debajo de nuestras ruedas. Zeus que ganas tengo de verte....igual hasta te abrazo. Ya le veo.... El Olimpo está sólo a unos metros. Cuando el cuerpo está ya como un guiñapo un pequeño descenso nos alerta de que esto ha terminado. El sol ilumina la cumbre pero el paisaje permanece tapado con una sábana gris. Una explanada y el fin. El cuerpo y la mente al límite. La imaginación patinando.
De lo lejos viene un sonido de guitarra eléctrica. Más espejismos. Ya distingo a Zeus. No puede ser, me parece que baila. Mueve la pelvis al límite de la dislocación.... Me extraña su vestimenta: traje blanco, ceñido, brillante, con flecos. Gafas de sol. Guitarra eléctrica al cuello y un tupido y perfecto tupé negro. Coño¡¡¡¡¡ es verdad. Ese no es Zeus. Ahora caigo, hoy es 16 de Agosto. Sólo él puede estar aquí, en el Olimpo. El DIOS, el rey de reyes. El Angliru es hoy el techo de Memphis. Tal día como hoy, pero de 1977, murio Elvis Aaron Presley. Hoy la cumbre de L´Angliru lleva su nombre. A su vera doce dioses griegos se arrodillan ante él. Ebrios de Rock and Roll le hacen los coros.
Si no lo lo habéis subido ya tenéis que hacerlo. En las escarpadas rampas de L´Angliru la realidad y la fantasía se entremezclan a golpe de pedal. Sólo aquí, en la soledad compartida de su asfalto, uno descubre dónde esta su límite. Siempre en lo más alto. En las altas cumbres. Allí, dónde los mitos se esconden en la bruma. Ven a buscarlos.
Abrazos cientos a todos,