A Cristina. Por sus manos. Por su simpatía.
¿Un sueño?. ¿Una utopía?. ¿Qué es el Tiempo?. No. No estoy loco. Creédme. Lo lograré. Estoy seguro. No sé lo que es dormir. Noches en vela. Tengo que lograrlo. ¿Un viaje imposible?. Estoy cerca, muy cerca. Al fin creo que lo he conseguido. No. No estoy loco. Lo sé.
La idea surgió hace algunos años cuando en una tarde de aburrimiento haciendo zaping me tope con La máquina del tiempo. Película de 1960 en la que George Welles, Rod Taylor, inventa una Time Machine para viajar al futuro. Su aventura le lleva a desplazarse por el tiempo hasta ver como la sociedad que conocía se desmorona. Más o menos lo que está pasando ahora en 2013 pero unos años más tarde.
El bueno de Welles, aterriza en el año 802.701 donde viven los eloi, unos seres muy guapos y cariñosos pero un poco zotes. Parecidos a nosotros, anestesiados por los recortes y los abusos de los políticos y piratas de corbata. Por otro lado, están los morlocks, unos elementos no muy agraciados físicamente, que no soportan la luz y que se zampan por la noche a los buenos de los eloi. Los Morlocks, para que os hagais una idea, son como los que se sientan en los escaños del Congreso de los Diputados.
No voy a desvelar el desarrollo de la película, por si alguien no la ha visto, pero el caso es que me impactó. Yo tengo que fabricar una Time Machine. Yo quiero viajar en el tiempo. Quiero regresar al pasado y, si es posible, llevarme una bicicleta.
¿Un sueño?. ¿Una utopía?. ¿Qué es el Tiempo?. No. No estoy loco. Creédme. Lo lograré. Estoy seguro. No sé lo que es dormir. Noches en vela. Tengo que lograrlo. ¿Un viaje imposible?. Estoy cerca, muy cerca. Al fin creo que lo he conseguido. No. No estoy loco. Lo sé.
La idea surgió hace algunos años cuando en una tarde de aburrimiento haciendo zaping me tope con La máquina del tiempo. Película de 1960 en la que George Welles, Rod Taylor, inventa una Time Machine para viajar al futuro. Su aventura le lleva a desplazarse por el tiempo hasta ver como la sociedad que conocía se desmorona. Más o menos lo que está pasando ahora en 2013 pero unos años más tarde.
El bueno de Welles, aterriza en el año 802.701 donde viven los eloi, unos seres muy guapos y cariñosos pero un poco zotes. Parecidos a nosotros, anestesiados por los recortes y los abusos de los políticos y piratas de corbata. Por otro lado, están los morlocks, unos elementos no muy agraciados físicamente, que no soportan la luz y que se zampan por la noche a los buenos de los eloi. Los Morlocks, para que os hagais una idea, son como los que se sientan en los escaños del Congreso de los Diputados.
No voy a desvelar el desarrollo de la película, por si alguien no la ha visto, pero el caso es que me impactó. Yo tengo que fabricar una Time Machine. Yo quiero viajar en el tiempo. Quiero regresar al pasado y, si es posible, llevarme una bicicleta.
Sólo eran necesarios unos ajustes en mi coche, un Mazda 3, en un penoso estado de conservación. Si explota en el intento la pérdida no será mucha.
Perdonadme que no os dé los detalles. Sería peligroso y una temeridad por mi parte. La inspiración: Doofenshmirtz. Una llamada al doctor y la Time Machine es una realidad. Quién no tenga niños en edad escolar desconocerá quién es. Si os tragais como yo los dibujos de Phineas y Ferb entenderéis como he podido lograrlo. Si lo consiguieron los pernoctas esos de Michael J. Fox y el bicho ese de pelo blanco con el DeLorean, en Regreso al Futuro, porque no iba a conseguirlo yo. La fecha el día 30 de Junio. La hora las 6 AM. La Time Machine me espera. Tengo miedo. No hay vuelta atrás.
DÍA 30 de Junio de 2013. 6 AM.
Todo marcha según lo previsto. Bajo al garaje. El Mazda Time Machine me espera. Subó la rampa todavía sin apretar el botón del condensador de flujo, fluzo...zuflo. La noche despejada. Yo no necesito truenos y relámpagos como el pamplinas de Mc Fly. Ni torres ni rélojes de ayuntamientos. Sólo valor para apretar el botón. Incertidumbre. Con un lento movimiento acerco mi dedo al mecanismo. Lo retiro. Respiro hondo, muy hondo. Nadie por la calle. Es hora de apretar el botón. Es hora de pasar a la historia. Click......
No recuerdo bien que sucedió. Cómo fue el proceso. Los altos edificios de Madrid, no están. No hay semáforos. Calma. El bullicio de la urbe ha dejado paso a un sobrecogedor silencio. Todo es tranquilidad. El ruido se ha esfumado. Estoy en Monreal del LLano y a mi alrededor hay seres del pasado. Ciclistas con ropa del año de maricastaña. Bicicletas de acero, algunas oxidadas. Chichoneras, tubulares en los hombros. Maillots retro, bigotes........¿Qué ha pasado?. Estoy aturdido pero creo que lo he logrado. La Time Machine no era un sueño, ha funcionado.
Perdonadme que no os dé los detalles. Sería peligroso y una temeridad por mi parte. La inspiración: Doofenshmirtz. Una llamada al doctor y la Time Machine es una realidad. Quién no tenga niños en edad escolar desconocerá quién es. Si os tragais como yo los dibujos de Phineas y Ferb entenderéis como he podido lograrlo. Si lo consiguieron los pernoctas esos de Michael J. Fox y el bicho ese de pelo blanco con el DeLorean, en Regreso al Futuro, porque no iba a conseguirlo yo. La fecha el día 30 de Junio. La hora las 6 AM. La Time Machine me espera. Tengo miedo. No hay vuelta atrás.
DÍA 30 de Junio de 2013. 6 AM.
Todo marcha según lo previsto. Bajo al garaje. El Mazda Time Machine me espera. Subó la rampa todavía sin apretar el botón del condensador de flujo, fluzo...zuflo. La noche despejada. Yo no necesito truenos y relámpagos como el pamplinas de Mc Fly. Ni torres ni rélojes de ayuntamientos. Sólo valor para apretar el botón. Incertidumbre. Con un lento movimiento acerco mi dedo al mecanismo. Lo retiro. Respiro hondo, muy hondo. Nadie por la calle. Es hora de apretar el botón. Es hora de pasar a la historia. Click......
No recuerdo bien que sucedió. Cómo fue el proceso. Los altos edificios de Madrid, no están. No hay semáforos. Calma. El bullicio de la urbe ha dejado paso a un sobrecogedor silencio. Todo es tranquilidad. El ruido se ha esfumado. Estoy en Monreal del LLano y a mi alrededor hay seres del pasado. Ciclistas con ropa del año de maricastaña. Bicicletas de acero, algunas oxidadas. Chichoneras, tubulares en los hombros. Maillots retro, bigotes........¿Qué ha pasado?. Estoy aturdido pero creo que lo he logrado. La Time Machine no era un sueño, ha funcionado.
Es la primera vez que acudo a una marcha de las denominadas retro o vintage y si he de definirla con una palabra sería: ilusión. La mía no cuenta, pero era mucha. Eso es lo que se respiraba en cada rincón de este pueblo de Cuenca. Cada uno de los ciclistas que hoy estaban en La Monreal aman las bicicletas. Aman el ciclismo de antaño y sus máquinas. Restaurarlas, sacarlas al asfalto en un día como el de hoy. Lucirlas, exhibirlas y compartirlas con los demás. Darlas una segunda oportunidad. Respetar al máximo su apariencia original. Hemos regresado al pasado. Hoy la nostalgia y las bicicletas son las protagonistas.
Es una verdadera delicia ir paseándose y observar las bicicletas que con tanta ilusión han restaurado los compañeros, Torrots, Olmos, Vitus, Macarios, Razesas, Pinarellos, etc... y, por supuesto, La Berrendero. La Monreal es un museo de las ruedas finas. Los participantes, verdaderos maestros de la restauración. Alquimistas del acero y la mecánica. Las bicis no sólo tienen que ser bonitas, tienen que funcionar. 60 km les esperan hoy para demostrarlo.
Es una verdadera delicia ir paseándose y observar las bicicletas que con tanta ilusión han restaurado los compañeros, Torrots, Olmos, Vitus, Macarios, Razesas, Pinarellos, etc... y, por supuesto, La Berrendero. La Monreal es un museo de las ruedas finas. Los participantes, verdaderos maestros de la restauración. Alquimistas del acero y la mecánica. Las bicis no sólo tienen que ser bonitas, tienen que funcionar. 60 km les esperan hoy para demostrarlo.
La organización había previsto un recorrido por el entorno de Monreal del Llano para acabar en Belmonte. Llano, llano...lo que se dice llano no es que fuera el terreno. Lo que viene siendo un sube- baja por las calurosas carreteras manchegas es lo que nos esperaba. No faltó el de siempre. Alguno ya lo habrá adivinado: el viento. Hay que decir que si no es por su ayuda nos achicharramos de calor. Y creedme, los maillots de lana de merino no es la ropa más adecuada para la campiña manchega a 35º. El viento nos echó un capote. Eso sí, tuvimos que pagar el peaje de tenerlo siempre de cara y, en algunos momentos, sobre todo al salir de Las Lagunas de Manjavacas, la cosa se puso seria. La campiña preciosa. Viñedos y campos de cereales se van alternado en el paisaje. Conejos a punta pala. Las carreteras, tranquilas. Aquí pedalear con nuestras ¨jovenes¨ monturas es una verdadera delicia. Conversaciones con los compañeros. Miradas a las bicicletas de los demás. Respirar. Pedalear.
Nuestros primeros pasos se dirigen hacia el monumento natural más famoso de Monreal del Llano: las dos tetillas o tetones o tetazas (Adjunto fotografía explicativa). En este entorno llano de campos de cereales irrumpen estos dos senos terrosos con gran impetu rompiendo la monotonía del paisaje . Inmejorables las primeras pedaladas, sí señor.
Pronto me percaté de que esto no iba a ser un paseo ya que el rítmo que se puso era para poner a prueba la fiabilidad de las bicicletas. La Berrendero se portó de lujo, una verdadera machine de precisión, con el Campagnolo funcionando como el primer día (qué no conoces a la Berrendero y a Julián Berrendero???? pues ya estas tardando en pinchar en lo azul.....). Así que nada, no quedaba otra que apretar fuerte los pedales, sin miedo, La Berrendero es noble. A disfrutar........................
Nuestros primeros pasos se dirigen hacia el monumento natural más famoso de Monreal del Llano: las dos tetillas o tetones o tetazas (Adjunto fotografía explicativa). En este entorno llano de campos de cereales irrumpen estos dos senos terrosos con gran impetu rompiendo la monotonía del paisaje . Inmejorables las primeras pedaladas, sí señor.
Pronto me percaté de que esto no iba a ser un paseo ya que el rítmo que se puso era para poner a prueba la fiabilidad de las bicicletas. La Berrendero se portó de lujo, una verdadera machine de precisión, con el Campagnolo funcionando como el primer día (qué no conoces a la Berrendero y a Julián Berrendero???? pues ya estas tardando en pinchar en lo azul.....). Así que nada, no quedaba otra que apretar fuerte los pedales, sin miedo, La Berrendero es noble. A disfrutar........................
Acelerones, reagrupamientos, acelerones...... Los Hinojosos. Acelerones, reagrupamientos, acelerones. Adelantamientos a matarrasa. Frenazos. Acelerones. Ansia viva. Calma. Avituallamiento. Mota del Cuervo.
Me puede el ansia y, en lo que viene siendo el tema de comer, más. Un consejo: si vais a montar en bici no os zampéis cuatro porras para desayunar. Otro consejo: si paráis en un avituallamiento no os comáis tres bocatas de chorizo frito que a la larga se paga. Del vino isotónico no digo nada porque de todos es sabido que es muy sano y vigorizante. Zampar, beber y a continuar. Otra vez al ruedo. A la calorina. Al viento cálido de las llanuras conquenses.
Me puede el ansia y, en lo que viene siendo el tema de comer, más. Un consejo: si vais a montar en bici no os zampéis cuatro porras para desayunar. Otro consejo: si paráis en un avituallamiento no os comáis tres bocatas de chorizo frito que a la larga se paga. Del vino isotónico no digo nada porque de todos es sabido que es muy sano y vigorizante. Zampar, beber y a continuar. Otra vez al ruedo. A la calorina. Al viento cálido de las llanuras conquenses.
Tocaba ahora cambiar el asfalto por los caminos de tierra para visitar las Lagunas de Manjavacas. Aquí habitan diversas aves migratorias. Perdone el lector mi ignorancia en temas de aves y que no dé más datos ornitológicos. El caso es que por aqui hay a puñaos de este tipo de pájaros. Entre ellos, el único que me sé: los flamencos. Ver no vimos ni uno. Y no me extraña, con las pintas que llevábamos más de un pajarraco aceleró la migración a su lugar de origen. El entorno de la Laguna es espectacular y bien se merece una visita más tranquila. Pasamos un poco de miedo eso sí.... ya que en algunos sitios parecía Vietnan y los charlies podían aparecer en cualquier momento.... (adjunto fotografía explicativa).
Como me gusta esa sensación. Me refiero a pedalear por caminos de tierra con la bicicleta de carretera. Desde el Gp Canal de Castilla del año pasado no lo había vuelto a hacer. Es una sensación única y más con este tipo de bicletas de acero. Lo dicho: sólo por esto ha merecido la pena venir.... ¡¡¡ Lástima que el tramo de arena haya sido tan corto¡¡¡¡.
Después de Manjavacas nos enfrentamos a la parte más dura del recorrido con un fuerte viento que hace muy difícil avanzar. Me despisto en la Laguna y me quedo sólo en este tramo. Así que la lucha ya está servida. El Viento vs Pillu Machine. Una cruenta lucha en la que lo doy todo y consigo llegar a la cabeza de la marcha, pero pagando el peaje. La Berrendero vuela a 10 por hora contra eolo. Llego a la Tete de la Course. Estoy fundido. El viento y el chorizo han hecho bien su trabajo. Pillu Machine exprimido cuál limón. Hay que recuperarse porque sólo quedan los últimos veinte kilómetros de la marcha y la última subida. Entre charla y charla los kilómetros pasan rápidos. Me hablan de La Heroica, marcha vintage de unos 200 km, que se celebra en la Toscana italiana, con bicicletas clásicas y caminos de asfalto y arena. Se me saltan las lágrimas. Algún año tengo que ir...... Pensando en esta y otras cosas, devoramos los kilómetros y la marcha va tocando a su fin.
Las Mesas. El Pedernoso. En la lejanía el Castillo de Belmonte. A su pies, tras la subida, termina nuestra excursión. Última rampa. Clack, clack, clack rugen nuestros antiguos cambios. Todos los hierros metidos. La rampa al castillo se encrespa levemente. Con estos desarrollos parece el Tourmalet. ¡¡¡Vaya piernas que tenían los ciclistas de antaño!!. Último esfuerzo. Precioso final. 60 kilómetros. Más que suficientes. Nuestras bicicletas han vuelto a recordar sus añorados tiempos de juventud. Un gran día de ciclismo y un ambiente espectacular. Larga vida a La Monreal y a nuestras bicicletas. Y que nosotros lo veamos.
Sólo tres cosas más. La primera: me lo he pasado como un enano. El que no haya venido a una marcha de estas que lo haga. Que rebusque en el trastero. Que la compre, que la salve del chatarrero, pero que se haga con una buena bici de acero y venga.......
La segunda: el agua del pilón de la Plaza de Belmonte esta fría de cojo......es...La próxima vez igual me ducho en el Polideportivo.
Y la última: si alguna vez bajais del Castillo a full gas, con una bici antigua, cercioraros antes de que el tornillo de la potencia esta bien apretado. Sí, el que sujeta el manillar. Si no lo hacéis viviréis la impagable sensación de que el manillar se gira hacia abajo a 40 por hora......ufffffff¡¡¡¡¡¡
Por cierto, alguien sabe como regresar al futuro. Por más que doy vueltas por Belmonte no encuentro la Time Machine. No sé volver. Con esto no contaba. Por favor, que alguien avise a Doofenshmirtz. Le encontrareís en Disney Chanel. Es el malo.
Sed felices.
La segunda: el agua del pilón de la Plaza de Belmonte esta fría de cojo......es...La próxima vez igual me ducho en el Polideportivo.
Y la última: si alguna vez bajais del Castillo a full gas, con una bici antigua, cercioraros antes de que el tornillo de la potencia esta bien apretado. Sí, el que sujeta el manillar. Si no lo hacéis viviréis la impagable sensación de que el manillar se gira hacia abajo a 40 por hora......ufffffff¡¡¡¡¡¡
Por cierto, alguien sabe como regresar al futuro. Por más que doy vueltas por Belmonte no encuentro la Time Machine. No sé volver. Con esto no contaba. Por favor, que alguien avise a Doofenshmirtz. Le encontrareís en Disney Chanel. Es el malo.
Sed felices.