Se esfumó la arena de Marruecos como el agua entre los dedos. Los colosos asturianos, el Angliru, el Cuitu Negro y sus compinches, no me verán esta temporada en su escarpado asfalto. La ascensión al Veleta y los Lagos de Covadonga son ahora más empinadas que nunca. Eran, sin duda, buenos retos, buenas historias para contaros, pero tendrán que esperar.
Tengo por delante un nuevo desafío: recuperarme lo más rápido posible para poder sentarme ante el teclado a contaros mis historietas e intentar entreteneros por unos minutos.
Me temo que el blog estará una temporada ¨cerrado por derribo¨, por falta de ánimos y de cosas que contar. Espero que la gama de negros y grises que hoy me abrazan se tornen pronto blanquecinos. Eso sí, no os relajéis porque amenazo con volver pronto.
Muchas gracias a Cofidis por brindar a bikers anónimos, como yo, la oportunidad de asistir a estos desafios. Esta última semana he estado con la ilusión de un niño con lustrosos zapatos nuevos. Lástima que se me hayan manchado de barro.
Un fuerte abrazo a todos.